El problema básico del éxito es
que en vez de darle importancia a cada momento del día y a disfrutar de él, nos
centramos en los resultados que vamos obtener, es decir, damos más importancia al resultado que al proceso,
y no disfrutamos de éste. Buscamos el éxito en nuestro día a día. Para ello, hacemos
un esfuerzo constante tratando de alcanzar siempre una nueva meta y creyendo
que eso demuestra el tipo de personas que somos, pero esto no es así. Estamos
equivocados al pensar tal cosa. Utilizamos el éxito para demostrar nuestro
valor personal, si somos mejores o peores, pero si lo usamos de este modo nunca nos vamos a
sentir satisfechos con nosotros mismos, ya que siempre vamos a comparar
nuestros logros con los de los demás y
siempre habrá alguien mejor, esto no nos hará sentir bien ya que uno desea ser
el mejor. Por otro lado, no todos le damos el mismo valor a las cosas, es
decir, lo que para unos es muy valioso para otros no, y esto nos lleva a
complacer a los demás y no a nosotros mismo.
El éxito es lo que deseamos alcanzar.
Por ello, debemos tener muy claro lo que es el éxito para nosotros mismo, lo
que realmente uno desea, y eso es lo que nos hará feliz. Como dije antes, damos
más importancia al resultado que al proceso que nos lleva hasta él, esto es
algo erróneo porque el éxito no es el final del camino sino el viaje en sí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario